La meditaión 4-8-8 es la que se recomienda desde nuestra escuela de profesores Dharma Ananda de Valencia. A continuación tenéis la descripción que se hace desde la misma.
LA POSTURA
La postura ha de ser cómoda, ya que centrar la mente se hace más
difícil si hay molestia o dolor.
Sobre uno o más almohadones duros (no sirven los blandos, pero una
manta plegada y enrollada puede servirnos transitoriamente) colocados sobre moqueta, una manta o cualquier
superficie suave se sienta uno en la postura del cuarto de loto (pie derecho sobre pantorrilla izquierda) de forma
que las rodillas se apoyen firmemente en el suelo.
La columna vertebral recta, la pelvis hacia adelante, la cabeza alta
con la nariz levemente hacia abajo. Todo esto es muy importante ya que facilita la circulación del chí o energía
vital a través de la espalda, optimizando así todas las funciones vitales. (Esta cuestión será ampliamente tratada en
el apartado El Yoga Integral)
La mano izquierda sobre la derecha y los pulgares tocándose, todo
reposando sobre el regazo.
Los hombros han de estar relajados y "caídos"
Los ojos cerrados y la lengua contra el paladar, con el rostro distendido.
Hemos de sentirnos sólidamente sentados...como una montaña, plantados
aquí y ahora, en la eternidad.
CONCENTRANDO LA MENTE
Inspiramos profundamente mientras contamos hasta 4, (aprox. 4
segundos), retenemos contando hasta 8, (aprox. 8 segundos) y exhalamos contando hasta 8, (aprox. 8 segundos).
Existe también otra forma de concentración muy efectiva que consiste
en concentrar la atención en el tan- tien, también llamado punto hara y que es un punto ubicado tres dedos y
medio debajo del ombligo justo detrás de la piel.
Mientras estamos sentados en la postura correcta y contamos
controlando la respiración podemos visualizar un punto de luz pequeño pero muy brillante, como un sol en el punto hara,
lo visualizamos y lo sentimos focalizando en el nuestra atención.
Las técnicas respiratorias pueden efectuarse como técnicas únicas o
combinarse con la concentración en el hara, quedando esta decisión en manos del practicante, que haría bien en
probar las diferentes posibilidades y decidir por si mismo.
Pero tras enunciar lo que se debe hacer (la respiración y la postura),
y lo que se puede hacer (concentrarse en el punto hará), debemos decir lo que no se puede hacer:
Tan importante como todo esto es el no emitir juicios, con lo cual
quedan descartados el bien y el mal, el deseo o el rechazo, el ¿será así? o ¿no será así?, el "que lindo es
esto" y el "esto no es para mi", etc., siempre ignorando las preferencias y sin espíritu de beneficio (esto es muy importante y la
única actitud verdaderamente correcta) abandonando toda expectativa de “ganancia” y en completa aceptación.
Este espacio interior de contemplación serena, en perfecta aceptación,
es Eso.
Ante los pensamientos solo volvemos a la técnica, sin juzgarlos ni
rechazarlos. Estrictamente hablando, podemos sentirnos satisfechos y nuestra meditación será efectiva con que solo
consigamos volver a la técnica cada vez que nos sorprendamos pensando. Este esfuerzo no es tan grande y sus
resultados vendrán indefectiblemente si lo practicamos, aunque alguna vez creamos que nuestra meditación ha
sido mala porque nuestra mente se ha movido mucho.
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